Normalmente, se puede jugar a todo tipo de juegos en cualquier monitor. Pero, para disfrutar y tener una experiencia de juego inmersiva, es muy recomendable un monitor dedicado específicamente a los juegos. Sin embargo, elegir un monitor para juegos es algo confuso tanto para los jugadores novatos como para los experimentados. Por eso, antes de comprar un monitor para juegos de PC, hay que fijarse en ciertos aspectos específicos.
Tamaño de la pantalla
El primer punto a tener en cuenta a la hora de comprar un monitor es su tamaño. Una pantalla más pequeña no tiene exactamente el mismo efecto que una pantalla grande cuando se trata de jugar. Lo mejor es buscar pantallas de entre 24 y 34 pulgadas. Si el monitor es mayor de 27 pulgadas, tus ojos tendrán dificultades para seguir la acción en todo el monitor. Para evitar esto, es mejor elegir una pantalla de juego curva que ofrezca un mayor campo de visión. Además, la clave para elegir el tamaño también depende del espacio del escritorio para instalar el propio monitor. Cuanto más grande sea el monitor, más espacio necesitará.
Definición de la pantalla
La resolución de la pantalla determina la resolución en la que se puede visualizar el juego. Una buena resolución se define por un elevado número de píxeles que se manifiesta en una mayor definición de la imagen. Para las sesiones de juego, una definición de 1440p o 2560 x 1440 píxeles es una excelente opción. Ten en cuenta que un ordenador para juegos 4K sólo admite juegos 4K, mientras que un monitor Full HD con una resolución de 1920 por 1080 píxeles sólo puede mostrar un juego a esta resolución. Además, ten en cuenta que la resolución de la pantalla tiene relación con la tarjeta gráfica. Si tu tarjeta gráfica es muy básica, no es necesario utilizar un juego con resolución 4K. Por el contrario, si tu tarjeta gráfica es muy potente, no desperdicies tu dinero en un monitor de baja resolución.
La tasa de refresco
La tasa de refresco indica la velocidad de refresco de la pantalla por segundo, es decir, el número de fotogramas por segundo (FPS), indicado en hercios (Hz), que puede mostrar una pantalla. La frecuencia de refresco de los monitores para uso de oficina es de 60Hz. Esta cifra puede llegar hasta los 360Hz en los monitores más competitivos para juegos. Una frecuencia de refresco baja conlleva problemas como efectos borrosos, imágenes fantasma o ghosting, especialmente con secuencias de acción rápidas. Lo ideal es elegir un monitor para juegos con una frecuencia de refresco de entre 75 Hz y 144 Hz o más, especialmente para los juegos de acción.
Conectores
Aunque a menudo se pasan por alto, los puertos disponibles en el monitor también son importantes, especialmente en el caso de una configuración multipantalla. Elige un monitor para juegos que tenga los mismos terminales de conexión que tu ordenador. Los terminales de conexión HDMI, DVI, VGA, D-Sub o USB Type-C deben estar presentes tanto en un ordenador como en un monitor. Los monitores para juegos de alto rendimiento, como el monitor Huawei Gamer Curved MateView GT 27″, incluso vienen con puertos DisplayPort capaces de transmitir tanto vídeo como audio de alta definición.
Tecnologías VRR: Freesync y G-Sync
Todos los jugadores respetuosos deberían comprobar si la pantalla cuenta con la tecnología G-Sync o FreeSync al comprar un nuevo monitor para juegos. Ambas características son importantes para mejorar la velocidad de los fotogramas y la fluidez del juego, reduciendo al mismo tiempo los efectos de «lágrima». Para utilizar estas dos tecnologías, el monitor y el ordenador de juego deben estar equipados con un puerto DisplayPort.
Si quieres tener una experiencia de juego fluida, los aspectos mencionados anteriormente son cosas que debes tener en cuenta a la hora de comprar un monitor para juegos. Además, confía en la marca. En este caso, recomendamos el huawei mateview gt 34. Sí, cuesta más, pero te aseguras de comprar un monitor gaming de gran calidad que dure en el tiempo.