La industria de la belleza, el maquillaje en particular, siempre y en todo momento ha estado bajo un enorme catalejo. Desde supervisar qué substancias emplean hasta supervisar las etapas de prueba y sobre qué o quiénes son las cosas particulares que se prueban. El maquillaje no es tan simple de generar y el que es saludable es aún más bastante difícil.
Hay mucho ensayo y fallo y existen muchas pruebas por hacer para conseguir los resultados deseados. En algún instante, esta industria se vio sacudida por las pruebas con animales y los derechos de los animales, lo que hizo que las compañías cambiaran su forma de actuar.
Hoy en día tenemos diferentes géneros de preocupaciones y sobre todo nos preocupamos por nuestra salud y la salud del medioambiente. Como vas a saber, para crear algo, se mezclan grandes cantidades de diferentes productos con químicos y mucha energía. La mayor parte de estos son dañinos para el medioambiente, por lo que la industria, una vez más, debió hacer determinados cambios para reducir la polución y los productos químicos que entran en el aire, el agua y la tierra.
Mas, ¿qué sucede con la maquillaje natural?
Semeja que la maquillaje natural se ha olvidado mas la realidad es que es mejor para tu piel y para el medioambiente por lo general.
El maquillaje natural ya no se trata de salvar el medioambiente, es una demanda de salud y productos de consumo mejores y más seguros. Entonces, ¿qué procuran venderte los productores de maquillaje natural? Bueno, el hecho es que les preocupan los químicos como los ftalatos y los parabenos, que son los llamados disruptores endocrinos.
Estos son tan malos y tan poderosos que con el tiempo que pueden acabar alterando sus hormonas y múltiples organizaciones científicas líderes los han relacionado con inconvenientes de diabetes, infertilidad, inconvenientes neurológicos, cánceres y considerablemente más. Lo que es aún peor que esto es el hecho de que se hallan en prácticamente cualquier producto, desde limpiadores hasta humectantes.
Has de saber que los parabenos y otros productos químicos son algo que puedes localizar en todos y cada uno de los productos para el cuidado de la piel y productos de maquillaje. Se emplean a fin de que estos se sientan, huelan mejor o duren más. No hay una investigación pormenorizada ni ningún resultado que muestre el lado malo de los parabenos o que tengan efectos dañinos para los usuarios.
Se terminaron los tiempos en que estábamos desinformados, desinteresados e inútiles de hallar la información adecuada. Los instantes son cuando damos la vuelta a los bultos de cualquier cosa y desciframos lo que adquirimos, lo que comemos y lo que se ha añadido o restado de cualquier producto, desde comestibles hasta nuestra atención médica.
Los químicos los absorbe el organismo
Lo que asimismo sabemos, mas de alguna forma escogemos no saber, es el hecho de que cualquier cosa que te pones en la piel asimismo se absorbe en tu organismo, como cualquier cosa que comes o tomas. Es un tanto más lento, mas por último ocurre y puede causar muchos inconvenientes.
Nuestra piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y siempre y en toda circunstancia debemos tener eso en cuenta. Esta es la razón por la cual todos deberíamos comenzar a prestar más atención a lo que ponemos en nuestra piel y buscar siempre y en toda circunstancia productos verdaderamente naturales.
Volvamos a la naturaleza
Hace cientos y cientos de años no había productos químicos, no había aditivos y no se les agregaba ingredientes controvertibles al maquillaje, era todo más natural. En aquellos días, el maquillaje no podía ser comprado ni poseído por todos. Solo familias reales o aquellas que tenían una situación más alta en la sociedad tenían posesión. Esta fue la razón por la que estos productos para la piel y el cuidado de la salud eran puramente naturales y por qué jamás tenían nada malo o sintético en ellos.
Yerbas, plantas, agua de manantial y otras cosas eran los ingredientes primordiales y se agregaban ciertas hojas, yerbas y flores para dar color, fragancia, consistencia, etc. Había un puñado de plantas que se creía que tenían algún género de beneficios medicinales y eran utilizado en abudancia.
Transcurrido el tiempo, el conocimiento y los usos de estas cremas y pomadas se ampliaron y, durante los años, llegamos al consumismo masivo, en el que se hace todo lo que es posible para hacer la mayor cantidad del producto preciso, tan diverso como sea preciso y al mejor costo posible.
En aquellos años lejanos solo precisabas múltiples yerbas como árnica, reina de los prados, borraja, caléndula, alfalfa y otras para entremezclar con aceites naturales logrados de aceitunas, sabuco o cualquier otra planta, y lo que resultaba era un completo cuidado de la salud… producto de maquillaje que era cien por ciento natural.
Olvidamos que la naturaleza fue nuestra cooperadora y que nos dio todo cuanto precisábamos mientras que procurábamos ayuda. Los humanos, los animales y la naturaleza están diseñados para trabajar juntos y vivir juntos y tener todo cuanto precisan sin inconvenientes. A lo largo de la evolución y nuestra lucha por la perfección, la tecnología y la sencillez de vida, olvidamos que éramos una pieza en ese rompecabezas e hicimos una compensación que ahora está sofocando de forma lenta a las otras dos piezas.
Es precisamente por esto que todos debemos regresar a nuestras raíces, debemos cuestionar aún más lo que comemos, tomamos y ponemos en nuestra piel y cuerpo. Todos debemos regresar a la naturaleza siendo la manera natural de sostener nuestra salud. La naturaleza responderá de la única forma que sabe: con solamente que beneficios.