La impresora 3D y su increíble capacidad de replicación
En los últimos años, la impresora 3D se ha convertido en uno de los avances más impactantes de nuestra era. Aunque algunos la han empleado en proyectos a gran escala, la mayoría de los usuarios utilizan esta tecnología con fines prácticos.
El desafío de crear un clon tridimensional
Recientemente, un reconocido youtuber llamado Ivan Miranda decidió llevar los límites de la impresora 3D aún más lejos. En su canal de YouTube, con más de 300,000 suscriptores, compartió el emocionante experimento en el que intentaba replicarse a sí mismo utilizando su propia impresora 3D.
Con dedicación y esfuerzo, Miranda se embarcó en la construcción de una estructura colosal empleando su impresora 3D, un bastidor de grandes dimensiones y una superficie de impresión generosa.
Desafíos y obstáculos en el camino
Aunque su determinación era evidente, Miranda se encontró con varios problemas que tuvo que superar durante el proceso. Después de más de 100 horas de trabajo arduo, lamentablemente no pudo resolver la mayoría de estos contratiempos.
Uno de los desafíos más notorios que enfrentó fue la intensidad del calor en la superficie de impresión. Este aumento de temperatura afectaba la calidad de los materiales utilizados durante el proceso de impresión. Para solucionar este inconveniente, implementó cables calefactores similares a los utilizados en sistemas de calefacción de suelo.
Horas y horas de impresión 3D
Después de un proceso laborioso que duró un total de 108 horas (o 76 horas si solo contamos el tiempo de impresión en sí), Miranda finalmente pudo admirar el resultado final: un clon tridimensional de sí mismo creado gracias a la tecnología de impresión 3D.
La figura resultante, moldeada a partir de PLA, uno de los materiales más utilizados en la impresión 3D, se destacaba por su impresionante color rojo. Para lograr esta obra, se superpusieron decenas de capas de plástico utilizando la técnica de Modelado por Deposición Fundida (FDM).
Aunque el camino fue arduo y plagado de improvisaciones en numerosas etapas del proceso, el esfuerzo valió la pena para Miranda. Con un total de 4,375 capas de plástico, logró obtener un resultado satisfactorio y demostró el increíble potencial de la impresora 3D.