Dentro del mundo deportivo, pero también de algunas profesiones sometidas a intensas cargas de trabajo, hay productos que suelen estar en el día a día de las personas para ayudarles a rendir mejor en todos los aspectos. Así, los geles energéticos se han convertido en uno de los aliados principales de atletas de alto rendimiento, trabajadores de industrias pesadas y personas que necesitan un ‘extra’ de energía para su rutina diaria.
¿Qué son?
Los geles energéticos son suplementos vitamínicos de rápida absorción, de manera que son utilizados principalmente porque pueden proporcionar dosis de hidratos de carbono y energía que el cuerpo necesita, casi que con un efecto inmediato sobre el rendimiento físico y mental de las personas.
No obstante, todo dependerá de qué tipo de producto se esté consumiendo y en qué ámbitos. Los deportistas, sobre todo, apuestan por un gel energético de alto rendimiento, ya que son los que mantienen un balance ideal en cuanto a los hidratos de carbono que proporcionan, sobre todo para los que practican deportes con tiempos prolongados, como el fútbol o la natación. Otras personas, por ejemplo, atletas aficionados o alguien que requiera de una ayuda, en términos de energía, apostarán por otros geles que no tienen por qué ser considerados de alto rendimiento, aunque lo mejor sería apostar por geles de la mejor gama posible en todos los casos.
¿De qué están hechos?
Aunque dependerá de las marcas o fabricantes de los geles energéticos, ya que algunos geles de alto rendimiento proponen disminuir o suprimir completamente la cafeína y otros estimulantes, apostando más bien por un ratio ideal de hidratos de carbono, que aportan energía rápidamente y dan mejores sensaciones; por lo general la composición de los geles energéticos tiene que ver con los siguientes ingredientes:
- Hidratos de carbono y agua: necesarios para mantener niveles de energía ideales en el organismo. Y es que los hidratos de carbono pueden aumentar el rendimiento físico y mental de forma inmediata, al tiempo que los líquidos -por defecto, agua- mantienen niveles adecuados de azúcar en la sangre, mejorando el rendimiento sostenido en el tiempo.
- Sales: “las que se pierden al sudar”, como se suele decir en el ámbito deportivo. Las sales minerales son necesarias para evitar el cansancio y mantener un superávit de funcionamiento en todos los órganos que son importantes en el cuerpo para mantener una actividad constante. El zinc, el magnesio, el potasio y el sodio suelen ser las sales minerales más presentes en estos suplementos.
- Vitaminas: aunque no todos los geles energéticos tienen vitaminas, sí están presentes en los que tienen una acción prolongada. No se absorben tan rápido, pero eliminan la sensación de cansancio -sobre todo a nivel mental-.
- Cafeína: actúa como un estimulante, reduciendo la fatiga de forma rápida; permitiendo mayor lucidez y tiempos de reacción, y en algunos trabajos mejorando el enfoque y la memoria a corto plazo. Sin embargo, los geles energéticos con cafeína no son los más recomendables en muchas situaciones, ya que pueden causar complicaciones de tensión elevada o ansiedad.
Principales beneficios de un gel energético
Utilizados adecuadamente, los geles energéticos pueden ser de gran ayuda, puesto que permiten aumentar el rendimiento físico y mental en actividades de gran exigencia, como pueden ser largas jornadas de trabajo o sesiones de entrenamiento físico de alta intensidad.
También, gracias a su formato líquido o en gel, pueden ser fáciles de consumir durante cualquier entrenamiento físico, por lo que son la modalidad preferida por ciclistas, futbolistas, basquetbolistas y otros atletas de disciplinas en las que se requiere de un enfoque sostenido en el tiempo y donde el tiempo para consumir un suplemento es limitado.
Los geles energéticos, sin embargo, tienen un modo de consumo que dependerá del tipo de disciplina que se lleve a cabo y dependiendo de las necesidades propias del organismo. Lo recomendable, entre tanto, es consumir 1 gel cada 45 o 60 minutos, si se necesitara de un aporte adicional de energía para terminar una sesión de alta exigencia física.