Los jardines requieren atenciones primordiales para mantenerse sanos y bien cuidados, y uno de ellos, definitivamente es el riego constante y oportuno. Por suerte, hay diversas formas de automatizar este trabajo, con la instalación de modernos sistemas que pueden hacer todo sin la intervención humana.
Cuidar un jardín requiere constantes cuidados y mantenimiento, para que todo crezca sano y se mantenga en las mejores condiciones. Una de las principales atenciones que siempre se deben tener, es su riego constante y oportuno, lo cual se puede hacer de forma manual con una manguera, o bien, con el apoyo de eficientes sistemas que lo hagan por uno mismo.
Los sistemas automatizados de riego son la forma más efectiva de mantener bien regado un jardín, por cuanto hacen todo sin intervención humana. Solo hay que programarlos para que actúen en horas determinadas, con las cantidades e intensidades de flujo de agua que sean necesarias.
Para lograr instalaciones de riego eficientes y que cumplan correctamente con las necesidades que se puedan tener, lo más recomendable es consultar con empresas especializadas en su venta e instalación, con las que se podrá evaluar qué tipo de equipos se requieren y la correspondiente colocación. Son la solución más efectiva que se puede tener para afrontar estos casos.
Con una buena empresa de sistemas de riego se podrá tener la garantía de que todo quedará perfectamente instalado y que los recursos se aprovecharán al máximo, sin pérdida de agua ni de energía.
Factores a considerar para instalar un sistema de riego
Los sistemas de riego son delicados y hay que saber instalarlos bien para no dañarlos o dejarlos funcionando a la mitad de su capacidad. Por eso se deben tener en cuenta ciertos aspectos que pueden ayudar a lograr una perfecta colocación:
Marcar bien el terreno: es importante definir qué superficie cubrirá el sistema de riego, para poder determinar la cantidad de material y los equipos a utilizar. Se debe marcar exactamente el espacio que será ocupado, para entonces medir con precisión.
Calcular el caudal de agua a utilizar: se debe revisar qué cantidades exactas de agua se necesitarán para mantener el jardín en óptimas condiciones, lo cual dependerá del tipo de jardín o cultivo que se quiera sembrar. Esto permitirá saber a ciencia cierta cuánta agua se podrá necesitar, si realmente se dispone de la cantidad necesaria y qué se puede hacer para mejorar el suministro.
Definir el área de riego: al saber exactamente qué áreas serán regadas, se podrá definir la cantidad de aspersores y las válvulas que se deben instalar.
Cavar zanjas con cautela: hay que tener cuidado con los espacios donde se va a cavar para hacer la zanjas, por las que pasarán las tuberías de los sistemas de riego, por cuanto si no se revisa bien se puede romper, sin querer, alguna tubería o canal que pueda llevar los cables de electricidad, comunicaciones o agua a la casa, y que precisamente estén bajo la tierra del jardín.
Ubicar zonas estratégicas para la instalación del sistema: lo más recomendable es colocar las tuberías y demás elementos de riego, en lugares donde ni se noten y que no se vean, para lo cual, lo más aconsejable puede ser buscar la asesoría y el apoyo de agencias profesionales para que hagan los correspondientes trabajos.
Instalar con cuidado: la parte más difícil es la propia instalación de las tuberías y equipos que conforman el sistema de riego, y es que son muchas partes las que hay que saber colocar. Lo mejor es hacerlo con empresas especializadas, que lo harán de forma profesional, y dejarán todo de manera impecable y con óptimos resultados.
Los sistemas de riego automático brindan tranquilidad y comodidad, por cuanto permiten garantizar el riego oportuno y seguro para el jardín, hasta cuando uno no está. Solo se deben encontrar y acudir a las compañías que los venden y los instalan, y solicitar ayuda para poder desarrollar cualquier proyecto.