Aprende a prevenir la pérdida de visión

En las últimas décadas, con la mayor esperanza de vida y el envejecimiento de la población, se está observando una mayor prevalencia de las patologías asociadas con la edad. Entre ellas, se encuentran las patologías oftalmológicas que conllevan el riesgo de la pérdida de visión. Afortunadamente, si se detectan a tiempo, muchas de las enfermedades más comunes pueden tratarse sin tratamientos agresivos, sea con cirugía ambulatoria, con fármacos, vitaminas o suplementos, como Ocuvite Lutein 60.

Es mejor prevenir que curar

Protege tu salud general

Una de las claves para conservar la salud ocular es conocer qué medios tenemos para protegerla. Dado que todos los elementos de nuestro organismo están conectados entre sí, no solo debemos actuar sobre nuestros ojos, sino también mirar por la salud del resto de nuestro cuerpo. Para ello, primero debemos consultar tanto con nuestro médico de cabecera para revisar nuestro estado general como con un oftalmólogo para detectar precozmente patologías que, de desarrollarse, podrían implicar tratamientos más duros o con menor tasa de éxito. En esta prevención es fundamental conocer el historial familiar, ya que puede existir predisposición genética a algunas patologías. Tampoco debemos asumir como normales las pérdidas de visión pues, aunque es cierto que aumentan con la edad, podemos pasar por alto una alteración anormal.

Una de las condiciones que con mayor frecuencia provoca la pérdida de visión, entre otras complicaciones, es la diabetes. Una diabetes mal cuidada evoluciona con una pérdida de riego sanguíneo y fragilidad vascular en las extremidades y varios órganos, como el cerebro o los ojos. En consecuencia, estas zonas van perdiendo su función. Un estilo de vida sedentario y una dieta alta en carbohidratos no solo puede empeorar esta diabetes, sino también facilita la insulinodependencia. Del mismo modo, las lipoproteínas de baja densidad (LDL), mejor conocido como el “colesterol malo”, pueden producir daños similares derivados del mismo estilo de vida. Junto con la presión arterial alta, son una tríada de factores que puede controlarse si se consiguen mantener unos hábitos de vida saludables. Por lo tanto, también hay que evitar factores de riesgo de estos, como el tabaco o la obesidad.

Protege tus ojos

Los ojos son muy sensibles y pueden sufrir daños permanentes. La principal amenaza que podemos encontrar son los rayos ultravioletas del sol. Esta es una radiación invisible para nosotros, por lo que nos podemos confiar y descuidarnos solo porque el día esté nublado. Sin embargo, necesitamos gafas de Sol homologadas que filtren este tipo de radiación. Del mismo modo, en el interior, nuestros ojos pueden sufrir ante la luz constante de las pantallas. Es recomendable apartar la mirada de la pantalla regularmente. Para ello, existe una regla muy sencilla de recordar: la norma 20-20-20. Consiste en apartarse cada 20 minutos, mirar a algo a 20 pies de distancia (6 metros) durante 20 segundos. En estos cortos periodos, también se puede aprovechar para estirar las piernas y deambular para evitar problemas de espalda y de circulación en las piernas. Por último, no debemos olvidar que la radiación no es la única amenaza invisible, sino que también existen patógenos nocivos, aunque, si mantenemos la higiene de manos y lentillas, estos no serán un problema.