Qué son, características y diferencias de los activos no corrientes

Comprendiendo los activos no corrientes

En el ámbito económico, nos encontramos con un término que suele ser recurrente en la contabilidad empresarial: los activos no corrientes. Pero, ¿realmente sabes qué significa este concepto? Aquí te ayudaremos a entenderlo, proporcionándote ejemplos y explicando la diferencia con los activos corrientes.

¿Qué son los activos no corrientes?

Los activos no corrientes son aquellos bienes que permanecen en una empresa durante más de un año. En otras palabras, son aquellos activos que la empresa posee y que tardan más de un año en convertirse en dinero. También se les conoce como activos fijos. Ahora bien, para comprender mejor este concepto, es importante conocer los elementos que conforman el balance de situación de una empresa.

En primer lugar, tenemos el activo de la empresa, que incluye todos los bienes y derechos que posee. Dentro de este activo, encontramos el activo corriente, que son aquellos bienes que se pueden convertir en dinero en poco tiempo, y el activo no corriente, que es nuestro enfoque principal.

En segundo lugar, se encuentra el patrimonio neto, que también se divide en activo y pasivo.

Y por último, tenemos el pasivo, que se refiere a las deudas y obligaciones de pago.

Ahora que hemos aclarado qué son los activos no corrientes, pasemos a la siguiente sección, donde se presentarán ejemplos para ayudarte a distinguirlos.

Ejemplos de activos no corrientes

Los activos no corrientes son aquellos bienes que permanecen en posesión de una empresa durante más de un año. Sin embargo, esto no significa que desaparezcan una vez que haya pasado ese año. Algunos ejemplos que ayudarán a aclarar tus ideas son:

– Marcas y patentes, que son activos intangibles que otorgan a las empresas derechos de propiedad industrial.
– Maquinaria, vehículos y locales son ejemplos de activos materiales que forman parte del inmovilizado de la empresa.
– Acciones u otras formas de inversión financiera también pueden considerarse activos no corrientes.

Características de los activos no corrientes

Los activos no corrientes presentan ciertas características que los distinguen de los activos corrientes. Estas son:

– Son activos duraderos, aunque su valor disminuirá con el tiempo.
– A menudo, son poco líquidos, es decir, no se pueden convertir rápidamente en dinero.
– Representan recursos que impulsan el negocio y son útiles para su funcionamiento.

La diferencia entre activo no corriente y activo corriente

Aunque es posible que ya sepas la diferencia entre los activos no corrientes y los activos corrientes, es importante que lo tengas claro para llevar a cabo una contabilidad adecuada.

El activo corriente está constituido por todos los bienes y derechos que pueden convertirse en dinero en un plazo inferior a un año. Esto incluye el efectivo en la cuenta bancaria de la empresa, las mercancías o productos que están destinados a venderse, las inversiones a corto plazo, entre otros.

La gran diferencia con los activos no corrientes radica en el tiempo. Mientras que los activos corrientes se liquidan en un año o menos, los activos no corrientes requieren más de un año para convertirse en dinero.

Imaginemos un escenario en el que tienes una estantería llena de yogures en un supermercado. Estos yogures se venden gradualmente, pero la estantería en sí no se venderá, ya que forma parte del mobiliario de la tienda. Los yogures representarían los activos corrientes, mientras que la estantería sería un activo no corriente, ya que no se puede vender fácilmente y puede llevar más de un año obtener dinero por ella.

En resumen, los activos no corrientes son una parte esencial de cualquier empresa. Siempre que haya mobiliario o maquinaria para llevar a cabo el trabajo, se deben tener en cuenta estos activos en la contabilidad. Ahora que tienes un mejor entendimiento de este concepto, podrás aplicarlo en tu ámbito empresarial sin problemas.