Consejos para redactar una introducción atractiva

Una introducción es el apartado principal de un post, artículo, propuesta comercial o cualquier escrito en el que se desee plantear un asunto que requiera una investigación.

En este apartado es donde los lectores pueden hacerse una idea sobre el contenido en cuestión. Cosas como qué inspiró al autor a realizar un proyecto o análisis o la importancia del mismo deben ser expuestas en él. 

En la introducción también se suministran los datos importantes, el planteamiento del asunto, la finalidad, alcances y los métodos que se piensan aplicar para llegar a alguna solución, según sea el caso. En fin, nos pone en contexto, con el objetivo de orientar a los lectores a recorrer el documento y contribuye con los autores a delinear los retos que se plantearon para llegar a la explicación que encontrarán en el documento.

Mayor información sobre la redacción de una introducción, puedes encontrarla en Mailrelay, plataforma dedicada a las estrategias de envío de información a través de correos electrónicos.

En esta publicación, se presentan algunos consejos para redactar una introducción que realmente llame la atención del lector y lo incentive a continuar ahondando en el contenido. Lo cierto es que esta es la carta de presentación del contenido que quieres que se lea. 

Lo ideal es que la introducción sea lo suficientemente atractiva y persuasiva como para dejar al lector pidiendo más. De esta forma, se logra que quien lea el documento se mantenga interesado en todo su desarrollo. 

Si no tienes una idea clara de cómo crear una introducción, lo ideal es que te apoyes en algunos ejemplos de introducciones que te sirvan de inspiración o modelo para crear la redacción ideal. Por supuesto, todo dependerá del tipo de documento que deseas elaborar, puesto que no es lo mismo una introducción para una noticia informativa, que una para un blog o para una carta de venta. No obstante, a continuación intentamos dar algunas recomendaciones generales que pueden servir de gran apoyo. 

Define el contexto y hable de la importancia del trabajo, propuesta o proyecto

Inicialmente, los autores tienen que suministrar los datos más generales del trabajo. Debe señalarse la importancia del trabajo y los antecedentes que existen sobre el tema. La finalidad es construir un artículo preciso, concreto y que sea creíble. Además, debe llamar la atención del lector.

Al hacer una revisión de estudios previos y relevantes, obtendrás la información necesaria para escribir una introducción que seduzca al público objetivo. Además, servirá para que tu explicación sea mucho más clara. Lo mejor es que el contenido sea realmente necesario y suministre exclusivamente lo que contribuirá a que el lector entienda de mejor manera la relevancia del escrito.

Utilizar palabras u oraciones como “actualmente”, “durante los últimos 20 años” o “desde que se implementó …” Ponen al lector en el contexto relacionado con el tiempo que lleva determinado información. 

Por otro lado, los autores pueden enmarcar su trabajo en un área específica, como por ejemplo, “la medicina”, “el marketing digital”, u otros. 

Los autores tienen que enfocarse en explicar el problema o asunto de una forma clara y precisa. Deben iniciar analizando la situación en el momento reciente y posteriormente en establecer las metas. El utilizar conectores como “no obstante”, “sin embargo”, “aunque” o “desafortunadamente” contribuyen a resaltar el contraste entre lo que se tiene y lo que se desea alcanzar.

Una manera productiva de explicar la finalidad de un estudio, investigación o temática general es unir el problema con lo que se ha ejecutado para solucionarlo y así mostrarlo en una única oración. Existen diversos verbos que sirven de ayuda para redactar el estudio. Por ejemplo, analizar, estudiar, investigar, implementar, diseñar, desarrollar, construir, modelar, entre otros. Esto también ayuda a resaltar los aportes del autor. 

Por otra parte, una introducción que valga la pena debe brindar un breve anticipo sobre el contenido del escrito, mostrando una organización del mismo y definiendo lo que se espera. Por ejemplo: “En este estudio se analiza la relevancia de …” 

Utiliza el tono y el tiempo apropiado

Al redactar la introducción, el autor debe utilizar un tono sensato y nada personal. Si se requiere afirmar algunos hechos, aceptar algunas premisas o detallar una postura permanente, lo recomendable es que el autor use el presente simple. Por ejemplo, “El oxígeno es el elemento más abundante en el mundo …”

No obstante, al hablar de un resultado específico o algo temporal, lo mejor es utilizar el pasado simple y hacer alusión a algún estudio apropiado, algo así como “En la investigación [1] se encontró la diferencia entre …”

En ciertas situaciones, es posible considerar el tiempo presente perfecto para hablar sobre un asunto al que hasta el momento no esté resuelto o que nunca se haya estudiado; por ejemplo: “a pesar de que se conoce la ubicación de los recursos, no se han realizado estudios importantes al respecto …”

Estructurar la introducción

Las introducciones no deben ser demasiado largas, un máximo de cuatro párrafos es más que suficiente. Aunque es una buena idea agregar algo conocido como “estado del arte”, “estudio de antecedentes” o algo semejante, para explicar el estado actual de los estudios o proyectos llevados a cabo hasta el momento en el campo de estudio.

Los autores pueden organizar la introducción de la forma expuesta a continuación, para que se entienda de una mejor forma.

  • Definir la relevancia del tema.
  • Analizar los antecedentes.
  • Identificar el problema y establecer la metodología de desarrollo para encontrar o implementar una solución.
  • Realizar un resumen del documento.

Aunque solemos relacionar la introducción de un contenido con un trabajo de investigación, ensayo o artículos informativos formales, es importante tener en cuenta que hay diferentes tipos de introducciones dependiendo, igualmente, del documento que se va a desarrollar. En términos generales, hay que tener claro, que es un contenido que sirve de enganche y que, además, ubica al lector, acerca del contenido que va a consumir. 

Todos los datos que hemos referido son relevantes. Sin embargo, podemos considerar que uno de los más importancia es la persuasión o atractivo que este tenga para que el lector se sienta impulsado a saber qué más ofrece el contenido y saber, un poco de antemano, si le será de ayuda.