Estos son los aspectos básicos que necesitas conocer para redactar tu novela de ciencia ficción

El género de ciencia ficción, junto con la fantasía, es uno de los géneros literarios más exigentes, en términos de construcción de mundos, que otros géneros. 

La ciencia ficción exige que absolutamente todo en tu historia tenga una base científica, especialmente si estás escribiendo una historia sobre viajes al futuro o una estancia en el futuro. Sin embargo, no tiene comparación con la fantasía, ya que la construcción del mundo fantástico va a depender completamente de tu creatividad y de cómo elijas explicar los aspectos mágicos del mundo. En la ciencia ficción todo necesita una explicación que tenga un sentido completo.

A continuación vamos a detallarte cuáles son los aspectos más importantes que debes considerar a la hora de escribir tu novela de ciencia ficción.

Mundo auténtico

Los lectores de ciencia ficción estarán dispuestos a aceptar lo imposible, siempre que esté debidamente explicado y que dicha explicación tenga sentido. Este es uno de los elementos de la ciencia ficción más importantes que deberás de tener en cuenta, el entorno en el que desarrolles tu novela será la base principal de tu historia.

Las leyes de la ciencia

En la ciencia ficción es mejor no romper las leyes de la ciencia. Si vas a romperlas, entonces tienes que inventar un descubrimiento científico que respalde esta ruptura y que funcione únicamente en el mundo que estés desarrollando. 

De todos modos, es recomendable que lo respalde una base plausible, esto conseguirá que no se vuelva del todo irreal y desencaje un poco los esquemas del lector. Agárrate a las leyes de la ciencia, de la física y la química, y asegúrate de que cualquier cosa que quieras crear, si no puede ser completamente verificada o confirmada realmente, al menos, intenta darle una credibilidad suficiente para ganar autoridad. 

Elementos desconocidos

La ciencia ficción está relacionada con partes y elementos del mundo real. Aunque sean pocos los elementos familiares que puedas usar, intenta usarlos y no llevar a un nivel completamente desconocido al lector.

El escenario de tu historia se acaba convirtiendo en la parte principal de la trama, por eso, la acción y la vida cotidiana de los personajes se desarrollará aquí. Las escenas de acción, como las persecuciones o las batallas son muy llamativas, si consigues que el lector se introduzca en tu mundo y lo viva como si le estuviera pasando a él, conseguirás un fiel seguidor. Transporta al lector a un mundo “casi” irreconocible y llénalo de acción. 

Base admisible

El mundo que estás construyendo tiene que ser plausible. Si quieres meter tecnología futurista deberás darle una base de origen, no puedes mostrar de repente un coche que vuela sin al menos hacer un pequeño apunte sobre cómo y por qué ese coche vuela. 

El lector de ciencia ficción es un lector curioso, al que no le asusta lo “no real”, pero que deberás cuidar y mimar, entregándole toda la información posible acerca de tu novela. 

Actitud del personaje

Una de las mejores formas de exponer nuestro mundo en la ciencia ficción es describiendo muy detalladamente a nuestro protagonista. Normalmente, para el lector, todo tu mundo le parecerá nuevo, extraño, inquietante y le aparecerán mil dudas. Tu protagonista o los personajes no tienen que transmitir esa sensación, al menos, no es lo más recomendable. 

El lector es fácil de enganchar si le muestras cada uno de los detalles del mundo que tú mismo has creado, pero recuerda, la ciencia ficción no son solo extraterrestres, invasiones, elementos del futuro y un mundo maravilloso. Si vas a crear una trama larga, lo más recomendable es que tu personaje vaya avanzando de manera progresiva con el lector. Que vaya descubriendo detalles de tu mundo junto a él, que dialogue con él, y sobre todo que sea capaz de transmitir las sensaciones que está sintiendo. Como hemos indicado antes, si quieres que tu protagonista vaya en un coche volador, responde antes todas las posibles cuestiones que se pueda llegar a plantear el lector, desde cómo se llama el coche hasta qué tipo de combustible usa.