Muchas veces ocurre que las casas prefabricadas se instalan en lugares alejados de la ciudad, para utilizarlas algunas veces al año, cuando la rutina laboral y escolar de la familia lo permite. Justamente por estar ubicadas en lugares de uso vacacional, carecen de vecinos atentos y pueden pasar meses sin que alguien haga un control de la propiedad. Esto ofrece una oportunidad muy tentadora para los ladrones y genera situaciones de alto estrés cuando llegamos a la casa para pasar unos días de pacífico descanso, encontrándonos con que alguien ha violado nuestra privacidad, nuestro santuario. En ese caso, ¡adiós tranquilidad!
Es por eso que debemos tomar las medidas necesarias para proteger las casas de madera prefabricadas de los intrusos, colocando obstáculos físicos y considerando los factores psicológicos que hacen menos probable un eventual intento de robo.
Consejos para aumentar la seguridad en casas prefabricadas
Estas recomendaciones intentarán dar consejos útiles tanto para las casas de vacaciones como para las cabañas construidas en el patio trasero de una casa principal, pues el disgusto de la seguridad violada es igual de difícil de tragar. En este último caso, hay más opciones disponibles, puesto que no contamos con la necesidad de abandonar la zona por largos períodos de tiempo, pero se presenta el desafío de mantenerse alerta cada día, algo que con el tiempo uno tiende a olvidar.
- Lo primero, obviamente, es garantizar que todas las puertas y ventanas posean un sistema de cierre desde dentro, especialmente las aberturas más pequeñas. No tiene sentido invertir en costosas ventanas y puertas para toda la casa si vamos a conservar aquella ventana del baño que no cierra bien. Lo mejor son los sistemas de cierre de múltiples puntos, muy comunes hoy en día. Si estamos construyendo una casa nueva, es probable que la empresa constructora nos ofrezca una opción ligeramente más cara para que todas las aberturas sean de este tipo.
- Lo siguiente es considerar las barreras físicas, es decir, las rejas. Estas pueden ser de madera como muchas cabañas solían tener antiguamente, o bien de metal para mayor protección. Las hay fijas y móviles, estas últimas se abren hacia los costados y quedan ocultas detrás de las cortinas, cuando la ventana está abierta. Por último, tenemos la opción clásica de los postigos, un sistema casi infalible que existe hace siglos y que también es estéticamente adecuado para una cabaña de madera. Se pueden instalar en una cabaña terminada siempre que la apertura de las ventanas hacia el interior lo permita. Es conveniente tener en cuenta que las ventanas de menor tamaño son las que más conviene enrejar, pues son las que menos ruido hacen al romperse y está comprobado que los ladrones siempre escogen una ventana pequeña y escondida para forzar la entrada, rara vez rompen un gran paño, y ni que hablar si posee vidrio doble.
- Luego de haber corroborado que la entrada física a la casa se ha defendido lo mejor posible, consideremos el tema de las alarmas y la vigilancia: existen en el mercado muchísimos tipos de alarmas y cada una está indicada para una situación diferente: las alarmas con componentes inalámbricos son de muy fácil instalación y de bajo costo, pero como debemos sustituir las baterías cada cierto tiempo, no son las más aptas para los hogares que van a pasar varios meses sin ser visitados. Una alarma tradicional con batería propia conectada a la electricidad será mejor en estos casos, y si es del tipo que está conectado con una central de policía, muchísimo mejor. A veces unos minutos hacen toda la diferencia y podemos evitar grandes pérdidas si la policía llega a tiempo. Hoy en día también hay alarmas que filman y que nos permiten observar el estado de la casa desde el móvil, para cerciorarnos de que todo está bien antes de viajar, por ejemplo. Las cámaras de seguridad son uno de los mejores sistemas para ahuyentar merodeadores, y cada vez son menos costosas. Pueden activarse por movimiento para reducir el tamaño del video almacenado y son de gran ayuda para identificar perpetradores ya conocidos en el área. Por esta razón, actúan como auténticos repelentes de ladrones. Eso sí, será bueno cerciorarse que no estamos incumpliendo ninguna normativa de privacidad al instalarlas, y es buena idea avisar a los vecinos antes de colocarlas.
- Otro de los factores que más colaboran al momento de ahuyentar posibles ladrones es el ladrido de un perro. Obviamente, no es posible mantener un perro si no estamos allí todos los días, además de que estos animales necesitan contención y actividad, por lo cual no es recomendable adquirir un perro por la sola razón de la seguridad, si no vamos a ser capaces de darle lo que cualquier animal necesita. Dicho esto, si adoptamos un perro con la seguridad en mente, no hace falta que sea un violento y corpulento animal de raza pura, muchas veces basta con sus ladridos para que el ladrón se sienta señalado y abandone la cabaña en busca de otra víctima más fácil. Sí es útil entrenar al animal cuando aún es joven para que tenga el comportamiento deseado ante los extraños, y al mismo tiempo que sepa respetar a las visitas deseadas.
- También podemos ayudar a hacer más difícil el acceso plantando arbustos espinosos debajo de las ventanas, colocando una reja en la entrada de la propiedad y escogiendo un cerco de altura elevada que no pueda destejerse manualmente, es decir, evitar en lo posible el alambre romboidal.
- No podemos dejar de mencionar la importancia de tener un seguro que cubra nuestros bienes más valiosos. Si hacemos un inventario de todas las herramientas y aparatos que guardamos en una cabaña, aunque no dejemos allí los dispositivos electrónicos personales, veremos que rápidamente ascienden a una suma importante. Como no es práctico llevarse absolutamente todo cuando dejamos la casa, lo mejor es hacerse con un seguro que cubra lo principal. Los seguros anti robo no suelen ser demasiado caros, porque las probabilidades de que ocurra algo son bajas, y nos dan la seguridad de que podremos reemplazar lo perdido rápidamente.
- Si la cabaña está en nuestro patio trasero, también hay que prestar atención a los objetos que guardamos fuera: las bicicletas y las escaleras plegables son de los objetos más robados y deben quedar siempre encadenados con candado. Si dejamos objetos sueltos, esto puede atraer a un merodeador y una vez que ha entrado, revisará las ventanas buscando un punto débil, aumentando las probabilidades de que regrese con intenciones de entrar.
Esperamos que estos consejos no generen demasiada preocupación en los lectores, a no desanimarse, ¡la oportunidad hace al ladrón! Disfrutemos siempre de nuestras fabulosas cabañas de madera tomando los recaudos para que nadie nos arruine las vacaciones.