Cómo encontrar tomates a los mejores precios en el momento adecuado

El tomate es un producto bastante importante en la industria alimentaria y que, como todo bien comerciable, puede subir y bajar sus precios, dependiendo de diversos factores. Como consumidor debes estar muy pendiente de todo esto para que lo manejes a tu favor, lo importante es saber actuar oportunamente.

La industria alimentaria es un mundo bastante complicado por todas las aristas que tiene y por los distintos factores que pueden incidir en el comportamiento de los productos alimenticios en el mercado.

Uno de los alimentos más populares es el tomate en todas sus variedades, entre los que más destaca el tomate rojo, que se mueve con mucha fuerza en todos los lugares donde se comercializa.

Es un producto que se usa en una extensa variedad de platos, principalmente en guisados, ensaladas y demás creaciones culinarias;  en general, tiene una alta demanda. Además, se ofrece en distintas presentaciones: entero, molido, en puré, en salsa, etcétera.

Su precio también varía, por distintas razones y, como consumidor, debes tener eso muy en cuenta para que sepas cuándo y dónde comprar. Así podrás adquirir tomates de muy buena calidad, en el momento exacto y a los mejores precios.

¿Cómo manejar los cambios en los precios?

El precio del tomate rojo depende de distintos factores como la variedad, la oferta y la demanda, temporada, la calidad, competencia, el clima y la procedencia, entre otros que también inciden indirectamente en su cotización.

Ha habido situaciones en las que la demanda es tan baja y la oferta tan alta que los precios caen a niveles bastantes bajos, o viceversa, cuando hay escasez y esto obliga a que los precios suban en el mercado.

Para manejar estos cambios adecuadamente, se deben considerar algunas consideraciones, entre las que destacan:

  • Estar al tanto de la oferta y la demanda, y de factores como los cambios meteorológicos, la variedad, la temporada y el mercado donde se colocará la producción.
  • También se debe tener en cuenta el eslabón de la cadena de valor, desde el productor hasta el consumidor final. 
  • Para adaptarse a los cambios en los precios, se pueden seguir algunas estrategias como optimizar la calidad la presentación del producto, diversificar los canales de venta, disminuir los costes de producción y transporte, y aprovechar distintos mercados, entre ellos los foráneos.

¿Cómo comprar en temporada?

Para comprar tomates en temporada puedes seguir las siguientes recomendaciones, que seguro serán de gran ayuda:

  • Los tomates de temporada suelen ser más económicos, porque hay una alta oferta. Además, tienen sabores más intensos, texturas más firmes y colores más vivos que los cultivados fuera de temporada.
  • Es importante conocer cuáles son las temporadas de tomate en tu región, para que puedas acceder a ellas en el mejor momento de la producción. Esto puede variar según la localidad y variedad del tomate.
  • Para comprar tomates de temporada, puedes ir directamente al mercado, abastos o fruterías tradicionales, donde podrás elegirlos y conversar con los vendedores sobre su procedencia y calidad.
  • También puedes comprarlos envasados con empresas especializadas que procesan tomates frescos, recolectados directamente del campo, y que garantizan su frescura sin necesidad de conservantes ni tratamientos químicos de ningún tipo. 
  • Hay compañías que, incluso, los comercializan online para facilitarles todo a sus clientes. Con su apoyo, ni siquiera tienes que salir de casa para comprar los tomates que necesitas, solo los pides por internet y espera que te los envíen a tu casa, sin intermediarios.

Opciones locales y congelar, dos buenas opciones

Comprar en tu localidad es una muy buena opción, por cuanto podrás revisar los tomates personalmente y elegir los que más te gusten. Entonces, si tienes esa posibilidad no la desperdicies.También, si consigues tomates a buen precio, puedes congelarlos para utilizarlos posteriormente. Aunque no hay nada más exquisito que degustar unos tomates frescos, recién cosechados, también se pueden refrigerar, inclusive congelar, para conservarlos por más tiempo.