¿Qué ventajas nos aportan las cocinas de gas?

Durante años las cocinas de gas se han ido retirando en favor de las eléctricas, ya que lo cierto es que las segunda son más cómodas, y además apenas necesitan repuestos del tipo de las parrillas para cocina.

La llama de las de gas va deteriorando algunos elementos como las parrillas o los quemadores, pero lo cierto es que tienen una serie de ventajas que han hecho que vuelvan con fuerza a nuestras cocinas.

Es la manera de cocinar más económica

En la mayoría de las viviendas ya había cocinas eléctricas, pero con las últimas subidas en el precio de la luz se está volviendo a las de gas, pues no hay forma más barata de guisar en la actualidad.

Una bombona de butano puede durar más de un mes para una familia de cuatro o cinco miembros cocinando a diario, mientras que el gas ciudad es mucho más económico que el kW, que a determinadas horas tiene un precio prohibitivo.

Su eficiencia es enorme

Ahora que estamos tan preocupados por la eficiencia, y relacionado con el punto anterior, la forma más eficiente de hacer nuestros platos es con una cocina de gas.

Según datos del IDEA, Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía, por cada kWh gastado, una cocina de inducción emite 360 gramos de CO₂, por 450 gramos de la vitrocerámica y 200 de la de gas natural, una cifra que será similar en la de butano.

De este modo, y aunque parezca lo contrario, la forma más ecológica de llevar un plato a nuestra mesa es mediante una cocina de gas.

Se puede emplear cualquier recipiente

Con una placa de gas se puede emplear cualquier recipiente que tengamos por casa para hacer la comida. Sirven todas las ollas, sartenes, se puede utilizar una cazuela de barro, las de hierro fundido, etc.

Así, a la hora de comprar no tendremos que estar pendientes de si esa sartén que nos gusta tanto es apta para la cocina de gas o no, como ocurre con las de inducción, que solo funcionan con recipientes pensados para estas placas.

El sabor de los alimentos es más natural

Depende de a quién le preguntemos, pero por norma general se suele decir que los alimentos saben mejor si se hacen con gas, que da a la comida un sabor más natural o tradicional.

Esto se puede deber a que muchos de nosotros hemos crecido comiendo platos hechos en una cocina de llama, pero lo cierto es que para muchas personas será otra ventaja.

Podemos controlar mejor la temperatura

Aunque ya todos estamos acostumbrados a usar placas eléctricas con sus nueve puntos o potencias, lo cierto es que con la cocina de gas controlar el fuego es algo más natural o intuitivo.

Cuando accionamos los mandos vemos como la llama sube o baja, lo que nos ayuda a hacernos una mejor idea de si es demasiado fuerte, está baja o se trata de la adecuada para ese momento.

Además, el fuego calienta más rápido que la cocina de vitrocerámica, lo que agradeceremos si tenemos prisa a la hora de preparar una receta.